| | |

Prospectan ‘Ruta de Los Pioneros’

La exploración de la mítica “Ruta de los Pioneros” que une Villa O’Higgins y Cochrane, fue organizada por ambos municipios en alianza con guías de ambas comunas, y la colaboración de CONAF y de la Fundación Sendero de Chile.

Poner en valor la ´Ruta de Los Pioneros’ y proyectarla como una senda patrimonial y turística por su infraestructura campera, casas y puestos, fogones, corrales y cercos en remotos lugares es lo que inspiró a los organizadores de la travesía.

Conocer de los hombres y mujeres que la habitaron, los baquianos que la recorrieron en largos arreos entre valles y portezuelos entre Cochrane y Villa O´higgins, en medio de bellos paisajes atrae a aventureros a descubrir la travesía, empaparse de esas historias y conocer el proceso colonizador de la comuna de O’Higgins, que se iniciara muchísimo antes de que la Carretera Austral conectara a la austral comuna a través del Fiordo Mitchell en 2000.

“Una ruta histórica que muchos de los pioneros y pioneras hicieron antaño. Una actividad conjunta que organizamos con la Municipalidad de O´higgins, con la participación de instituciones como CONAF y Sendero de Chile. Y también agrupaciones de guías locales y operadores turísticos. Nuestra intención es hacer una caminata acompañados de pilcheros que nos permitan en 5 días prospectar y al mismo tiempo ponerla en valor con el objetivo de rescatarla como una ‘Ruta patrimonial’, indicó el alcalde de Cochrane antes de iniciar el viaje.

Se trata de una parte importante de la historia de colonización de Villa O´higgins. “Donde transitaron nuestros pioneros sacando su ganado, trayendo alimento y reproductores desde Cochrane. El sufrimiento de nuestros antiguos pioneros está plasmada en esa ruta”, asegura José Fica, alcalde de O’Higgins, quien recorriera de a caballo la ruta en enero de 1994 junto al Intendente de Aysén, Héctor Morales, partiendo desde el sector Río Tranquilo en la comuna de Cochrane.

Esta vez, fueron cinco días de caminata por parajes de gran belleza, acampando en antiguos puestos, visitando y compartiendo con pobladores, conociendo sus historias de sacrificio y soberanía en desolados lugares.

‘Tú vives en un lugar privilegiado’

A las cuatro de la madrugada un grupo de quince personas integrado por el alcalde de Cochrane, Jorge Calderón, el concejal de la comuna Eduardo Roa, funcionarios de la Municipalidad de O´higgins, el Jefe provincial de CONAF, Eugenio Ruiz, Felipe Fuentes de la Fundación Sendero de Chile, y guías de Cochrane y O´higgins, emprendió viaje en bus hasta el Lago Christie. Allí se embarcaron en una lancha para navegar por una hora el lago hasta su extremo norte, aprovechando la calma de sus aguas en las primeras horas del día.

Las condiciones meteorológicas siempre han marcado el ritmo en la Patagonia, especialmente en aquellos lugares de difícil acceso.

Tras una breve caminata de casi dos kilómetros, el grupo llegó a Lago Alegre, para volver a embarcarse por cerca de media hora. Llegar a una casa en los campos de Aysén siempre es una buena razón para hacer una pausa, saludar a los residentes y compartir un mate afectuoso.

En el predio Lago Alegre vive por más de 30 años Margarita Bustos. La señora Maida, como la conocen en su comuna, vive sola. Cuenta que llegó con su marido y sus siete hijos a hacer patria. “Me vine por la cordillera de a caballo desde Cochrane, nos demoramos ocho días porque traíamos animalitos. Para nosotros (la ruta) es una conservación de lo que fue antes, porque es el lugar más inhóspito que está quedando en la región de Aysén, en donde tenemos menos caminos y ayuda”.

La señora Maida aprecia las visitas inesperadas. “Está bien, para que conozcan la realidad de lo que se vive aquí, de lo que pasa y de cómo viven las personas. Y de cuál es el gran sacrificio que tenemos como personas, porque aquí no hay un alma más que yo no más”.

Cuenta que cada tanto llegan a su casa turistas. “Hacen la aventura de la ruta de los pioneros porque esto es lo que nos da la vida, lo que otras personas no tienen. Me dicen ‘Tú vives en un lugar privilegiado’. Tú estás bien, tienes todos los días el oxígeno puro, el amor a tu naturaleza. Eso es lo más hermoso que puede haber. Nosotros tenemos que conservar todas estas cosas. Muy lindo es vivir en el campo”, dice al despedirse de los visitantes que continúan con el plan de viaje.

En el extremo norte del lago Alegre nace el río homónimo. Allí esperan Mauricio y Franco Arratia junto a Edgardo Pizarro, baquianos a cargo de apoyar en el traslado de la carga.

Tras desembarcar, el grupo retoma la huella bordeando el río en medio de bosques de lenga hasta llegar a los corrales. Al otro lado del río se encuentra la casa que ocupara por un par de décadas el colono Heraldo Rial. Las instalaciones dan cuenta del paso del tiempo y de su importancia para la ruta. “Antes de don Heraldo vivieron allí Jacinto Delgado y Bucardo Oporto, propietarios del predio. También Julio Muñoz, quien desempeñó labores como peón”, cuenta Rolando ‘Papo’ Arratia, guía de turismo rural ’Bajo Baguales’, a cargo de la logística de la travesía durante las primeras cuatro jornadas.

Fuera de la casa, Franco y Edgardo cambian las herraduras de los caballos montureros y de los pilcheros que trasladan la carga del grupo. Conocen bien la huella y, junto a Mauricio, están atentos en todo momento.

Al atardecer un pequeño grupo se aleja de la casa para subir a una cima cercana y tener una vista panorámica del valle y de las instalaciones del predio.

“Es súper emotivo ver el trabajo de los pioneros, un puesto hecho con hachas, un laburo intenso y detallado y todo a hacha. Es súper bonito el trabajo que hacían los antiguos pobladores de esta zona”, dice Nicolás Garrido, guía de Villa O´higgins.

Antes de iniciar la segunda jornada Papo Arratia explica la importancia del predio Vista Alegre. “Distintos pobladores ocuparon este lugar, el cual es un punto central desde el cual es posible seguir camino hasta Villa O´higgins, Río Bravo, Río Ñadis y Cochrane, por distintos valles que fueron usados por los colonos y actualmente por los pocos pobladores que habitamos la zona”.

 

 

 

 

 

Rumbo a Las Tablas

La hilera de caminantes atraviesa un bosque de lengas y un denso renoval que puede perder a cualquier visitante que se atreva a salir de la huella deseando acortar camino. Al poco rato se escucha el río Bravo. El sonido de sus aguas acompañará la huella entre subidas y bajadas durante toda la jornada. Más adelante hay una parada obligatoria: el Puesto las Tablas, que perteneció al poblador Aurelio Quelín, quien viviera allí y trabajara por años para la Compañía ganadera de Valle Chacabuco, en Cochrane. En el lugar aún se mantiene en pie un puesto y corrales, un buen lugar para descansar y comer antes de seguir la travesía con vistas al río Bravo hasta llegar al Puesto El Burro, un hermoso lugar para levantar campamento y pasar la noche.

Un fogón siempre es el punto de reunión en el campo. Compartir un asado y un buen mate es momento propicio para contar historias del lugar.

“Lo que costó llegar a poblar aquí, ese es el sacrificio enorme que hicieron los colonos. Esta huella no fue fácil hacerla. Menos hacer familia, criar animales, los sacrificios de los días de tropa con los animales. Y la bendición hoy de poder vivir en estos lugares apartados, es un regalo como dice la sra. Maida. Ya no quedan estos lugares, son únicos”, lanza Rolando Arratia.

Paulina Torres, socia de la Agrupación de Guías Turísticos de Cochrane, disfruta de cada momento de la travesía. “Es una experiencia muy enriquecedora, vivir y recorrer una ruta de pioneros y conocer la historia de ella es muy importante. Y más poder traspasarla al resto de la comunidad”.

 

 

 

 

Saliendo desde Puesto El Burro la huella pasa a un par de metros del cerco hecho por Aurelio Quelín.

“El límite fronterizo en esta zona es el cerco antiguo que deja Aurelio Quelín y el puesto ‘Las Jaramillas’, que está muy cerca de Argentina”, explica el guía local.

El camino continúa paralelo al río con vistas de glaciares que dan vida a afluentes del Bravo, hasta llegar al puesto “La Pampa”. Una corta excursión conduce al grupo a un hito fronterizo con vista al Lago Mogote y parte de la Reserva Nacional Perito Moreno. Tras constatar que el límite en esa zona quedó así establecido según la tesis de la divisoria de aguas en el Tratado General de arbitraje de 1902 resuelto por la Corona Británica, los caminantes instalan el campamento en el puesto de la familia Arratia, a orillas del río Bravo, mientras conversan sobre el tramo recorrido en el día.

“Fue muy bonita la jornada, bordear el río Bravo, pasar por distintos afluentes y preciosos bosques de lenga con vistas a glaciares. Visitar un hito que divide la parte chilena y argentina es importante. Hemos tenido días muy buenos en esta bella travesía”, resumió el Concejal de Cochrane, Eduardo Roa.

“Al hacer soberanía en este territorio, que es inmensamente grande y con muy pocos habitantes, de una u otra manera nuestro Chile se ve engrandecido”, aportó el guía de la comuna de O´higgins.

A “La Picota”

En las primeras horas del cuarto día de caminata, el grupo atraviesa varios cauces, el río Bravo, entre ellos. Antes de subir al nacimiento de esa cuenca, el grupo se detiene frente a la tumba del colono Purísimo Rogel, quien perdiera allí la vida un mes de abril, muchísimos años atrás, cuando la ruta en su punto de mayor altitud se colmó de nieve durante varios días. Lo que da cuenta del sacrificio y de las duras condiciones climáticas que enfrentaron los primeros habitantes de la zona.

“Es un legado que nos dejaron. La comuna se ve reflejada en esos colonos que recorrieron la ruta desde los años 30’. Y que hoy aún quedan, es un homenaje y recuerdo a ellos”, recuerda Papo Arratia antes de continuar la caminata.

Tras llegar al nacimiento del río Bravo, el grupo continúa rumbo al portezuelo y se encuentra con una veintena de baguales que observan el paso de los caminantes que atraviesan el límite comunal entre O’higgins y Cochrane, cerca de la frontera con Argentina.

A poco de llegar a “La Picota” el bosque de lenga aparece nuevamente para dar la bienvenida al grupo, que se acampa en el “Puesto Guinao”, con vista a un glaciar, en el origen del río El Salto, parte de la cuenca del Baker. El puesto recibe el nombre de un vecino de O´higgins quien años atrás se acampó allí por varios días junto a su hija, a la espera de que mejoraran las condiciones climáticas y pudieran llegar hasta Cochrane. El poblador llevaba a su hija al internado de la escuela al inicio del año escolar.

Antes de que amanezca, y tras despedirse de los baquianos que los han acompañado las primeras cuatro jornadas, el grupo cruza “La Picota”, el punto de mayor riesgo en la ruta.

“El Paso de la Picota le agrega a la ruta un requerimiento muy técnico, hay que cruzar un río que según las condiciones meteorológicas puede estar muy crecido e impedir la continuidad de la ruta”, advierte Claudio Rey, guía de Patagonia Tres Mil, a cargo de la logística de la última jornada.

Tras una hora los quince aventureros superan el obstáculo más importante y emprenden el camino rumbo al sector del glaciar Calluqueo, el fin de la ruta. Después de un par de horas se detienen en el ‘Puesto El Turista’ para almorzar y descansar antes de internarse en un bosque y cruzar sucesivamente el río Pedregoso y otros arroyos. Al finalizar la jornada el grupo llegará hasta el frente del Glaciar Calluqueo, en el cordón del Monte San Lorenzo.

 

 

 

Acceso a la ruta

La “Ruta de Los Pioneros” atraviesa varios predios particulares y terrenos fiscales. Durante su recorrido el tema de la servidumbre de paso surge permanentemente y la necesidad de contar con una vía que garantice el libre tránsito para el deleite de los ventureros que la recorren y de los propios lugareños que la habitan y la utilizan en sus largos arreos.

“Desde el punto de vista del desarrollo territorial es fundamental esta ruta. Tiene un gran valor desde la perspectiva de su vegetación, además del punto de vista histórico. Ofrece múltiples alternativas. Tiene una estepa muy fabulosa, hay bosques de lenga y ñirre, una diversidad de ambientes que la hacen muy interesante. Es necesario contar con algunos requerimientos, eso depende de la postura que tengan los propietarios de los terrenos por donde pasa la huella. Y lo otro es ver de qué manera se puede proyectar una infraestructura de acogida. Es una ruta muy interesante para la comunidad aysenina y los turistas, e importante para el desarrollo de la comunidad de Villa O´higgins y Cochrane”, comenta Eugenio Ruiz, Jefe Provincial de CONAF.

Felipe Fuentes, de la Fundación Sendero de Chile, profundiza sobre el punto.

“Se trata de una senda con secciones más complejas que otras. Tiene algunos temas de propiedad privada que se deben organizar para poder posibilitar el tránsito de los caminantes. Y que exista una huella para que todos los chilenos puedan caminar por esta ruta patrimonial”.

El Coordinador regional de la Araucanía para la Fundación Sendero de Chile agrega que desde el punto de vista de la institución “esta es una oportunidad para generar una oferta internacional de senderos de gran recorrido. En nuestro país existe poca oferta respecto a senderos de largo aliento. Hay que trabajar mancomunadamente en organizar esta ruta, hacer una mantención, instalar medios de información que conllevan portales, señalética, balización, sugerencias de lugares de camping, y con eso brindar la seguridad que requiere cada caminante en estas latitudes que tienen ciertas complejidades, como los cambios bruscos de las condiciones climáticas”.

Hacer la ruta en conjunto con las municipalidades de Cochrane y O´higgins, CONAF, Sendero de Chile y guías de ambas comunas es muy relevante.

“Permite sincronizarnos y establecer la ruta de forma definitiva, con los pasos de servidumbre habilitados, con los permisos que correspondan para desarrollar turística y deportivamente y que ningún privado corte el paso. Es importantísimo que se definan los pasos de servidumbre y se consigan los permisos para acceder para que tanto los guías de O’Higgins como de Cochrane podamos trabajar en ella, cuidarla y mantenerla”, resume Claudio Rey.

Una travesía con un inmenso valor patrimonial de la cultura patagona, con una identidad que aún permanece viva.

“Esta prospección nace de un trabajo coordinado entre los municipios que de manera colaborativa buscan conservar un legado. Esta huella tiene muchos atractivos turísticos que se pueden desarrollar y trabajar en conjunto con las agrupaciones de Cochrane y Villa O’Higgins. A través de la actividad turística es posible lograr conectividad y marcar soberanía en este territorio, que es inmensamente grande y son muy pocas las personas que lo habitan”, sostuvo el alcalde de Cochrane, Jorge Calderón, al finalizar la ‘Ruta de Los Pioneros’.

En definitiva, un tremendo patrimonio que hay que descubrir, ordenar para ponerlo en valor y darlo a conocer a la comunidad, visitantes y las nuevas generaciones.

Entradas Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.